«Non stop! Lavida como reto», el libro de la gran ultrafondista Emma roca

«Hay personas que marcan, que dejan su huella y que brillan por encima de la media. Emma Roca es uno de esos casos, una mujer luchadora que, por encima de todo, ha encontrado la felicidad en la búsqueda de sus propios límites, físicos y mentales» Prólogo de Laia Sanz

La ultrafondista Emma Roca explica los secretos que aplica para superar desafíos extremos. Madre de tres hijos pequeños, la máxima de esta deportista excepcional es que hay que vivir la propia vida como un reto.

Cubierta-NON STOP La vida como retoSinopsis:

¿Es posible estudiar la licenciatura en Bioquímica y a la vez preparar las durísimas oposiciones al cuerpo de bomberos? ¿Hay alguien capaz de estar diez días consecutivos compitiendo (con sólo dos horas de sueño por jornada) o de correr más de 160 kilómetros sin parar en 24 horas? ¿Se puede ganar el campeonato del mundo de raids siendo madre de tres hijos pequeños?

Emma Roca ha logrado todo eso y mucho más. Este libro relata las aventuras de esta deportista de élite. Habla de los riesgos y beneficios para la salud que implica el running. Nos presenta un nuevo proyecto del que es fundadora, una
plataforma web para ser solidarios sin dejar de correr, y nos acerca a muchas otras historias llenas de una pasión por vivir y compartir que las hace únicas.

Autora:
Emma Roca. Ultrafondista, bioquímica, bombera profesional y madre. Así se resume el currículum de Emma Roca (Barcelona, 1973). Casada y con tres hijos, la autora ha competido en triatlones, maratones y ultramaratones de montaña y, sobretodo, en raids de aventura, su gran pasión. En 2010 fue campeona del mundo de esta exigente categoría deportiva. Algunos de sus últimos proyectos en este terreno han sido la Ironman de Niza, la Marathon des Sables o la Ultra Trail del Mont Blanc. Porque sabe hasta dónde puede llegar, y aplica una disciplina que puede ser clave para conseguir lo que se propone.

Extractos del libro:

«Practicar deportes de aventura a un alto nivel implica vivir escenas con cierto peligro. En alguna ocasión he visto la muerte muy de cerca. El miedo se manifiesta en muchos momentos y el peor que he vivido en los raids de aventura fue en Kirguistán, en 2003, donde se produjo un fatídico accidente el primer día».

«El éxito más importante de mi carrera deportiva con los raids de aventura me llegó con 37 años y tres hijos. Sin ellos, el esfuerzo hecho metro a metro no hubiera sido el mismo. Mis hijos me daban un motivo para avanzar, para llegar, para sobrepasar unos límites a veces considerados imposibles».

«Perder es bueno. A veces, las cosas no salen como esperamos pero es bueno, porque de la derrota se aprende más que de una victoria. Perder cuando te has esforzado y has trabajado aporta un montón de conocimientos positivos, experiencia, más conciencia del valor de la derrota y, sobre todo, te hace entender los errores para no volver a repetirlos».

«Lo que me motiva para seguir compitiendo es tener objetivos o retos que sé que puedo cumplir [H]. No me hace falta que los demás reconozcan mis éxitos. Eso reconforta, claro, pero no es el motivo por el que compito. Lo hago porque
me gusta».

«El futuro no me lo imagino. Cada día vivo al ciento cincuenta por cien. Pienso en lo que toca a continuación y no en lo que vendrá dentro de unos meses o años. No dejo descansar a la cabeza y siempre encuentro proyectos nuevos para empezar, experiencias para vivir y complicaciones donde involucrarme».

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